Todos mis escritos vienen del inconsciente, como los sueños: son irracionales, pero fantásticos.
Cuando los elementos de una imagen envuelven a la mente en un misterio y crean un sentimiento, es un sueño; si los elementos son demasiado específicos, el sueño se detiene. Así es la magia del pensamiento de una bruja, que se devora tus entrañas como tributo para una vida eterna.
Si nunca duermes, vivirás por siempre.
La poesía de Luis Gómez Ovalle realza el sentido espiritual y necesario de la experiencia poética.
Es, a su vez de santuario de resiliencia, un claro que trasluce el juego de la palabra, conduciéndola a través de tradiciones y música, símbolos e imágenes:
el mundo pintado
a través de los ojos
del poeta.
Kintsugi recoge el momento exacto en el que el alma se reconstruye.
El oro es palabra.
La nueva forma es el poema.
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