Estos versos, más que una antología de poemas hermosos, son una ventana abierta donde podemos asomarnos a contemplar el alma de su autor. Poeta nacido entre cerros, criado en el seno de una familia con innumerables valores y forjado con el temple de los grandes hombres de Dios, mi amigo, mi hermano, capaz de hacer uso de sus palabras para plasmar en letras precisas la poesía. Que en el transcurso de los años nos acerca casi logrando palparlos con aquellos amores que se han ido de nuestras vidas al cerrarse definitivamente su ciclo o que se han alejado de nosotros por circunstancias diversas, no sin antes dejarnos en las pestañas la certeza de que existen ciertas personas por las cuales sigue siendo la poesía promesa, dolor, y lo mismo caricia que temor.
–Edith Eunice García Álvarez
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