La rosa azul, de Joel Almeida, nos brinda tres relatos que nacieron de la pasión por la escritura. Quien los lea sabrá encontrar en ellos la chispa narrativa (de pluma inteligente y perversa) que caracteriza al autor y desentrañará cada historia de manera secuencial o independiente. Será labor de quien lea unirlos para completar así la rosa azul, metáfora que une en su mística a los tres relatos y formar con ellos todo el cuerpo del libro.
Este no es un libro oscuro, sino que se ilumina a sí mismo, pues entre sus grietas emergen luminosos rayos de luz y oscuridad que constatan la fascinación del autor por el comportamiento humano, con los que explora las profundas emociones de sus personajes y teje sus acciones.
Así como la rosa, este libro tiene tres partes: pétalos, cáliz y tallo. Entendemos, entonces, que escribir es florecer en quien lee.